lunes, 13 de mayo de 2013

EL DESEO NUNCA MUERE

             Reconozco ahora que ese cierto aquello que me decía un compañero de trabajo tan solo unos días antes de mi boda...
            -"Ahora te veo muy animado pero, espera unos años y sabrás lo que es tener que follar sin ganas”
            Hombre, visto así parece un poco drástico, pero, ¡Cuánta razón tenía el puñetero!


            Normalmente los hombres, tarde o temprano solemos cansarnos sexualmente de nuestras parejas, sobre todo con aquellas que no son muy sensuales y que se dejan acomodar por los años. Me imagino que con muchos chicos pasará lo mismo y descuidarán a sus mujeres no atendiéndolas lo suficiente…Pero eso es otra historia, que seguro que se contará mejor, desde el punto de vista femenino.

            No cabe duda que habrá parejas que el amor se mantenga a lo largo del tiempo y haya amores eternos, cuya convivencia sea realmente perfecta, pero yo creo que en mayor parte esa unión la mantiene el cariño, la comodidad y a veces el miedo a la soledad. Se siguen haciendo el amor, pero solo por que el que el sexo es algo orgánico, necesario…
           
            Empezamos a descubrir mutuamente nuestros grandes defectos y esto unido al descuido personal, nos hacemos más madres y padres que aquellos amantes desenfrenados que siempre con ganas, igual lo hacíamos en un sofá como encima de la tapa del retrete… Y es que además, el trabajo y los hijos no te dejaba tiempo a nada más y tarde o temprano llega la primera crisis, y empiezas a descubrir que “con el tiempo, ese hermoso lunar se ha transformado en una horrible verruga”.


            Lo que en realidad ocurre es que al final “el amor igual que llega, se va” y con él, el deseo. Ese deseo que lo puede todo, que oculta todo lo malo y te deja ver solo lo bueno.

            Y así llegan las discusiones, los desaires, la separación…el divorcio.

            La depresión de verte sólo, tener que empezar de cero, pensando siempre en los hijos, con menos medios, pero al final… ¡La superación llega! y comienzas otra vez a sentirte fuerte y por fin te empiezas a cuidar, te apuntas a un gimnasio, vuelves a ser el hombre que siempre fuiste, a retomar las riendas de tu vida y le pierdes el miedo al miedo…
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            Te das cuenta que en  realidad, lo que necesitabas era “libertad” libertad de hacer lo que te gusta sin reproches, libertad de elegir, para desmadrarte, libertad de follar con quien realmente desees, sin “ahora no”, “¿no puedes esperar?”, “me duele la cabeza”…

            Por que el deseo es pura química, es una droga que habita continuamente en nosotros y nos empuja a la búsqueda continua del placer.


            A fin de cuentas, el deseo de hacer el amor, la necesidad de tener sexo, aflora y es permanente en nuestras vidas… Y siempre estás en la mejor edad sexual. Por que cada edad tiene su forma de amar, de compartir placer...   
           Lo que ocurre, es que pierdes un poco la confianza en ti mismo, a la hora de buscar nuevas relaciones.
           
            Pero un hombre es un hombre hasta que se muere y aunque, poco a poco baje el nivel de testosterona con la edad,  siempre buscas… Buscas a los cuarenta, a los cincuenta, a los sesenta y hasta que llega el momento que prefieres una partida de dominó, pero nunca por falta de ganas y además, es que para algunos, ese momento nunca llega…


            Me viene a la memoria un chiste, que hablaba de un psicólogo que agrupó a un montón de parejas de distintas edades para así hacer un estudio sobre las relaciones sexuales, su intensidad y cantidad… cuando les hizo a todos la misma pregunta:

            -A ver, que levanten la mano los que hacen el amor todos los días.

Inmediatamente levantaron la mano varias parejitas de veinte años…

            -Ahora, que levanten la mano los que lo hacen dos o tres veces por semana.

Varias parejas treinta añeras  se apresuraron a levantar la mano…

Y así poco a poco hasta hacer la última pregunta…

            -Por último, que levanten la mano los que lo hacen al menos una vez al año.

Había un viejecito de unos ochenta años que muy agitado, sonriente y levantando las dos manos deciá…

            -yooooo, yooooooo, yoooooooooo

El Psicólogo asombrado le preguntó:

-Bueno, y si lo hace sólo una vez al año, ¿por qué está tan contento?

A lo cual el viejecito contestó:

            ¡POR QUE ME TOCA HOY!.

domingo, 12 de mayo de 2013

CUÁNTO DURAN LOS SUEÑOS?

          ¿Quién de nosotros no ha tenido el inevitable impulso de pensar en dejarlo todo y marcharse con esa jovencita que tanto nos pone, disfrutar del sexo y olvidarse del estrés que nos machaca día a día nuestras vidas? ¿Qué mujer de mediana edad no ha mirado alguna vez con ojos lascivos al joven musculoso del supermercado o al chico trajeado del banco que le moja la braguita cada vez que lo ve?

            Pero es que acaso… ¿nadie ha sentido la necesidad de escaparse muy, muy lejos para olvidarse durante unos días de la rutina…?

            La vida se nos escapa en sueños. Pero muchos sueños que a veces nos parecen imposibles, los podemos cumplir sencillamente simplificándolos un poco…

            Os puedo confesar chicas que eso que decís de que los hombres pensamos con dos cabezas, es cierto. Pero también lo es, que vosotras os gusta el sexo tanto o más y muchas veces, quizás debido a que fueron muchos años de falsa moral y represión sexual. Los que ya tenemos unos años, disfrutamos ahora mucho más que antes…
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            Hace dos años, un buen amigo y compañero de trabajo, ese amigo con quien siempre tienes alguna conversación íntima, me contó que ya estaba cansado de la apatía de su mujer, que sus hijos no se lo agradecían, que iban a lo suyo y que no hacía más que trabajar, comer y dormir, nunca tenía un momento de intimidad, que se estaba quedando calvo con tantos problemas, que la vida se le escapaba y que ya estaba harto…

            Me confesó que hacía ya tiempo que la chica que les fregaba el portal de la comunidad, una venezolana preciosa, veinte años menor que él, le saludaba siempre muy afectivamente, que poco a poco se fueron cogiendo confianza y cada vez se paraban más a hablar en la escalera. El caso es que se fueron encariñando el uno con el otro y un día, decidieron concertar una cita en privado, lejos de vecinos y oídos indiscretos.

            La cita fue en una cafetería en un polígono industrial, alejados de la ciudad. Hablaron de todo un poco, de los hijos, de la familia de la vida en Venezuela, de la rutina diaria…y acabaron confiándose el una al otro. Ella le contaba que ya no le iban los chicos jóvenes y que sentía una atracción especial por los hombres maduros y él se sinceró con ella y le dijo que le gustaba mucho y necesitaba escaparse y empezar a vivir lo que le quedaba de juventud.
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            Un día sin más pidió las vacaciones por adelantado y, un mes de marzo volvió a aparecer por el trabajo. Estaba cambiado, moreno y la verdad es que acostumbrado a verlo ojeroso y preocupado, parecía relajado, incluso más joven… no sé pero todos le notamos un optimismo que no tenía desde hace muchos años.

            Tomamos un café a solas y me contó que había abandonado a su mujer, su casa y su familia. Que se había ido a vivir con la chica y que no sentía remordimientos… Su mujer trabajaba y sus hijos eran mayores y lo comprendieron, que lo dejaba todo a ellos y en cuanto le dieran el divorcio se marchaba, que había solicitado un traslado.

            Me dijo lo feliz que era, que compartían todos sus sueños y aficiones, que se compenetraban muy bien los dos, que hacían el amor continuamente y disfrutaban mucho y que con poco se arreglaban. Me contaba sus planes, sus ilusiones y me decía que quizás esa relación no duraría siempre pero, que estaba haciendo realidad un sueño y los sueños no son eternos y duran lo que dura la felicidad.


            Como siempre los compañeros le criticaron mucho y algunas compañeras que conocían a su mujer, le retiraron el saludo. Pero ¿por qué? me preguntaba yo… pero es que acaso ¿somos dueños de la felicidad de los demás? ¿A qué se debe tanta doble moral?

            ¿Cuántas personas son infelices el resto de sus vidas por no dar un paso adelante? ¿Por qué no vivir un sueño por poco que dure, antes de vivir inmerso en una continua pesadilla…?

            Que sepáis que su exmujer no tardó ni dos meses en volver a emparejarse y no lo hizo con un venezolano ni con un macizorro más joven que ella, ni tan siquiera con un compañero de trabajo, que es lo que suele pasar. Se juntó con su mejor amiga, la eterna solterona con quien tomaba café a diario…

           

viernes, 10 de mayo de 2013

LE LLAMABAN PETARDILLO


            Es curioso como a veces, manifestamos nuestros sentimientos hacia los demás intentando ser cariñosos pero evitando cruzar esa estrecha línea que separa el afecto del descaro o porque no decirlo del  “excesivo entusiasmo”.

        Siempre recordaré aquella frase de Groucho Marx:
 “Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no los conozco bien”
       
        Es notablemente destacable que las parejas siempre se ponen apodos… “cari”, “amorzote”, “cosita”, “pastelito”…
Y la que más gracia me hace es “churri”.
        Sin embargo cuando en los momentos más íntimos en los que estamos haciendo el amor con nuestras parejas solemos decir burradas o no, pero os imagináis que a mí en vez de…

        - Ayyyy manuel, manuel manueeeeeel” ahhhh

Me dijeran…

        -Ayyy churri, churri, churri, churri, churri….

        Pues todos los que nos oyeran gritar pensarían “que tenemos un gallinero en casa”…
………………………..


        Por que a fin de cuentas ¿qué es un petardillo? No hace falta que busquemos engorrosos significados en el diccionario. Es un petardo pequeño. Un artefacto normalmente hecho de cartón y relleno de pólvora negra prensada, que explota cuando se prende una mecha adherida al mismo.
        Yo recuerdo que de pequeño mi padre nos decía…“mira que eres petardo”. Aunque lo hacía de forma afectiva, lo que me quería decir es que era un poco vago y que no estudiaba un pepino, siempre coincidiendo con la visualización de mis nada admirables notas del cole. Ni que decir tiene que era un niño difícil…
         Pero últimamente me lo han llamado “petardillo” y me lo han vuelto a llamar…y así repetidas veces y recordando lo que a un compañero de la mili…

        Era un marinero andaluz de San Lucar de Barrameda, el chico era un poco corto y además bajito, sus dientes incisivos sobresalían excesivamente de su boca y acabaron llamándolo “conejo”. A mi no me gustaba nada pero, él lo llevaba muy bien y no parecía importarle, además era muy guasón y simpático.
        Un día alguien cruzó la raya, esa estrecha línea que separa la broma de la burla…

 Mientras estaban viendo un partido de fútbol en el área de recreo un compañero dirigiéndose con tono amenazante a él, le dijo:

-         “aquí estás demás conejo,  a ver si te callas”!
       
        Era un vasco enorme, la verdad es que tenía muy mala leche y el tío imponía lo suyo. Pero nuestro amigo Juan (El “conejo” ya saben….) salió al jardín, cogió una enorme piedra de más de cinco kilos de peso y se acercó al hombretón, éste arrugándose como una pasa se arrinconó en una esquina todo encogido de miedo esperando una pedrada. Pero mi amigo Juan, fue con su piedra, se subió a una silla y llegando hasta la mesa dónde se encontraba el televisor la colocó en una esquina diciendo :

        -Puede que yo esté de más pero ”menos da una piedra”, intenta que te conteste y verás que no lo hará, yo si que puedo!

        Alguno soltó una carcajada, pero otros nos quedamos callados y aprendimos la lección. Sobre todo el grandullón a quién conquistó su amistad y respeto para siempre.

        Y es que una cosa es un apodo cariñoso y otra un desprecio.
……………………..

        Yo en cierto modo me parezco a ese “petardo” a quien se refería mi padre y al otro “petardillo” al que se refiere una de las personas a las que más quiero porque, “petardillo” así llamado me suena a una confianza compartida, a una persona que te trata cariñosamente sin querer propasar la fina línea que separa el amor del cariño.

        Pero, sabed que aunque me encanta que me llamen “petardillo” en la intimidad y esas personas que entran en mi vida para ya no salir nunca, me llaman Manuel.
       

jueves, 9 de mayo de 2013

HOY COCINO YO

Salía algo antes de su oficina, tenía la sensación de que no llegaría a tiempo…
Ella tenía turno de tarde y debería darse prisa…
Hoy se adelantaría a los acontecimientos, haría una de sus travesuras que nunca dejaba de hacer…
Subió las escaleras lentamente sin usar el ascensor pues no quería despertar la más mínima sospecha de lo que pensaba a acometer…
Abrió la puerta despacio y lentamente se deslizó por el pasillo desprendiéndose de todo aquello que sería un lastre en su misión… Primero los zapatos, después los calcetines, camisa, corbata….El sendero de sus planes se cubría poco a poco de un manto de ropa desordenada…
Camuflado por el ruido del extractor de la cocina asomó la cabeza con sigilo y la observó…
Su silueta, su extraordinario cuerpo, pequeñito, perfectamente formado, sensual…femenino…
Despojándose de su última prenda decidió acometer su misión, su fechoría…




 Se pegó a ella despacio y tapándole los ojos con su mano izquierda le susurró al oído:
 .-Ni se te ocurra gritar, ni se te ocurra moverte…

Ella se estremeció de un salto intentando girarse pero, un brazo fuerte y musculoso abrazaba su cintura mientras decía desconcertada…

.-Pero…cariño, ¡que se quema la comida!

Sin soltar su cintura con su brazo izquierdo, elevó su mano derecha  acariciando su cuello mientras besaba con exquisita suavidad su orejita izquierda, mordiendo su lóbulo con suaves e intensos mordisquitos de placer….
-¡No te muevas! Gritó…

La intriga la exictaba e intentó hablar, pero él la calló susurrando...
.- “shssss… no digas nada…naaada”…

Apagó el fuego de la cocina mientras encendía uno mayor…

Agarrando sus muñecas, colocó sus manos con firmeza sobre la encimera y empezó a acariciar su espalda, besando su cuello, paseando su lengua por por detrás de las orejitas, por sus hombros...
Desabrochó sus pantalones vaqueros y se los bajó a la par que con su boca besaba la comisura de sus braguitas a la altura del lumbar.
Ella ya muy excitada, de una patada se desprendió de los pantalones pero él, volviendo a sujetar sus muñecas con fuerza decidió seguir su cruel juego…

.-déjate hacer…

Su voz, autoritaria y firme, la hizo estremecer…
Su blusita bajo el mandil dejaba asomar unos senos firmes y pasando sus dedos despacio, trazó giros lentos alrededor de sus duros pezones, casi sin tocarlos y con tanta delicadeza que ella gimió de placer…
  .- mmmmmmmm



Ya iba notando en su culito que un amiguito le estaba asediando…
.- ¡Ya mi amor, ya!  ¡ métemela  ya, por favor!

 Pero él, ya erecto, poderoso, decidido, tenía otros planes…

Siguió acariciando su piel y lentamente llegó a su vientre metiendo el dedito en su ombliguito, jugando…haciendo el tiempo mientras el culo de ella rozaba su miembro a través de su braga…

-pero…¡¡si estás desnudo!! Jo cariño, no aguanto más ¡hazlo!, ¡hazlo! Te lo suplico…


Impasible ante sus ruegos, su mano siguió deslizándose y llegando al vello de su sexo,  pudo notar lo esmeradamente cuidado que lo tenía, un mechoncito en el centro, no demasiado largo y totalmente rapadito alrededor…dios mío que ganas de penetrarla!
Pero…siguió con su juego y abriéndole totalmente las piernas introdujo lentamente un dedito en su vagina, después dos…después tres…los gritos de placer inundaban la cocina mientras, su mano encharcada, sensible a su calor, buscaba algo más pequeño, algo más escondido, el tesoro más preciado y que deseaba encontrar…
Rozando su clítoris a través del fino tejido, con su dedito muy despacio, casi en el aire, mientras los gemidos aumentaban…sus juguetones dedos seguían y seguían… ahora un poquito a los labios…

-mmmm llegó la hora de comerse ese preciado manjar… pensó…

Se agachó y de rodillas de espalda a ella y entre sus piernas, alzó su cara y con la boca buscó esa “almejita babosa” tan rica y que tanto le gustaba degustar… para ello sólo separó su braguita hacia un lado, sin bajarla y sus labios besaron su “campanita”, su lengua se introdujo entre sus labios, y haciéndo oscilar la punta de de arriba abajo siguió y siguió hasta que los gemidos de placer se convirtieron en gritos de locura...

.- ¡Para cariño,  para! le dijo…
.- ¡yaaaaaa!.¡yaaaaa!

Sus manos apretaban la encimera retorciéndose de placer, los espasmos de su orgasmo fueron fuertes y compulsivos, su respiración se agitaba y su corazón latía desenfrenado…había perdido la noción del tiempo, sentía la necesidad de dejarse caer, de rendirse…
Una vez conseguido su propósito, se irguió y sin dejar un segundo de besar su espalda, su cuello… acariciando sus brazos la dejó que se girara mientras sentía los latidos de su corazón que retumbaban por todo su ser…
Se miraron a los ojos, entonces ella se agachó y agarrando su miembro con ambas manos comenzó a acariciarlo a besarlo, a succionarlo con un ansia que hacían estremecer de placer a quien tanto placer le había dado…
Mientras lo comía con gula, miraba hacia arriba buscando los ojos de su amante y con mirada lasciva sabía que alcanzaría su objetivo…

Pero… hoy, mandaba el macho…


Él se agachó, la levantó como una pluma y sentándola sobre la encimera le volvió a separar la braguita hacia un lado dejando su conejito húmedo y totalmente entregado y la penetró lentamente mientras ella abrazaba con sus piernas su cintura y se volvía a estremecer sintiendo su fuerza, su tamaño, su dureza su calor…Un calor que sólo él sabia darle, ese calor que sólo sale de las entrañas de un volcán…


.- Jo cariño …¡qué durito! Mmmmm  qué bien…!!

Sentía los embistes de un animal desbocado que empujaba y empujaba haciéndole vibrar de radiante felicidad, el placer volvía entre sus piernas a medida que los golpes llegaban a la profundidad de sus entrañas…

.-No pares sigue, sigue… ahhhhh ahhhhh

Decía,  mientras lo acompañaba en una cabalgada interminable…

Sus jadeos se dejaban escuchar en todo el patio…

.-Para …para….ahhhhhhhhhh
.-Cariñooo!!! ohhhhhhh

El juego amoroso desembocó en un río de placer y a ambos agotados se besaron con pasión y se dijeron al unísono…

¡Te amo!

Muy orgulloso de su hazaña, terminó diciendo...

.- por cierto, hoy cocino yo…

.- jajajajaja

miércoles, 8 de mayo de 2013

MAL DE OJO

        A mi, he de decirlo con toda sinceridad, lo que más me gusta en la vida son las mujeres, su sensualidad, su sensibilidad pero también su simpatía, su decisión y su coraje.
        Enseguida me encariño a las personas que me caen bien, me preocupan mucho los demás e intento ser bromista y cariñoso, necesito conectar con la gente aunque no siempre lo consigo.
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        María jesús, que así se llama y algunos la conocemos bien en Twitter, es una preciosa morenaza andaluza, simpática a rabiar y con una sonrisa que derrite el hielo. Siempre atenta con todos, contestando cariñosamente a sus amigos y a veces soportando bromas con una paciencia infinita y sobre todo repartiendo miles de besitos….
        Como siempre estaba diciendo por TL: que si "salgo a comer", que si "salgo a cenar" que "si ahora vuelvo, no os vayais"...
        Un día sin más, le entré y le dije:
        “¿pero tú vives en twitter o qué?"
         Y ella partiéndose de risa,me siguió la broma y a partir de ese momento nunca me dejó de seguir y siempre, cada día me saludaba con un montón de sus maravillosos besitos:
      "Hola Manu, besitos..mua mua mua...!
       jajaja pero qué linda es!!! Así fue como nos conocimos.

       Chateábamos durante horas, metiéndonos el uno con el otro y nunca nos cansábamos de gastarnos bromas sin parar de reir... y como yo soy un mimosín enfermizo, ya no podía pasar sin sus cariñosos besos.

        Ella ya era mi "moreniña" y así le seguí llamando siempre...
        Por carnavales me envió una foto de su preciosa carita maquillada con colores de guerra de hermosísima princesita india. Yo a partír de ese momento me quedé prendado ya no solo de su ternura si no también de su extraordinaria belleza. Esa foto la guardaré siempre como un tesoro.
        Un día pensando en ella disfrazada de india le dediqué un tuit:

        "Dice la leyenda que hay una princesita india tan bella, que cuando pasea por el bosque, hasta los árboles se enamoran de ella convirtiendo sus hojas en corazones".

        Nunca supo que lo puse por ella y lo mucho que la echo de menos...

       En una ocasión chateando, la vi un tanto melancólica e intenté animarla con un refrán gallego en defensa de sus preciosos ojos marrones, los cuales ella decía que no le gustaban….

        El refrán traducido del gallego venía diciendo :

 “ojos verdes son traidores, los azules mentirosos y los negros y acastañados firmes y sinceros”…

        De repente como surgiendo de ultratumba y sin darme tiempo ni a respirar, otra chica interrumpió nuestra conversación y muy ofendida me dijo:

        -“¡Con que mis ojos son traidores eh! Pues a ver que te parecen estos…”

        Inmediatamente soltó otro tuit y como quién saca un conejo de la chistera, me colgó  una foto…

        Os aseguro que son los ojos verdes más bonitos que he visto nunca y esa foto será también un tesoro que siempre guardaré.

        El tercer tuit fue desafiante:

        ¿TE VOY A ECHAR UN MAL DE OJO QUE TE VAS A ENTERAR!

        No os lo vais a creer, pero casi me cago de miedo….

Con esos ojos verdes de gata, esa cara de pilla y ese mal de ojo, me la imaginaba volando en su escoba y cual meiga gallega se me ocurrió llamarla
 “brujita”.

        Entonces yo intenté disculparme diciendo que era solo un refrán y que estaba de broma. No sabiendo donde esconderme, puesto que entre las dos me empezaron a dar caña de la buena, decidí pasar a la contraofensiva…

        Inmediatamente busqué una preciosa foto, donde salía dos brujitas montadas en una escoba y además una de ojos verdes… se la envié con un tuit qué ponía:

        “Ésta es mi brujita montada en su escoba con su amiga María Jesús"

        Empezamos a reírnos a carcajadas tuit a tuit durante largo rato.

        Desde aquel día nunca dejamos de seguirnos y mi moreniña y mi brujita son las mejores amigas andaluzas que tengo en Twitter.

        Así es como me gustan a mí las mujeres, guapas, simpáticas y que saben encajar una broma , un piropo o hablar de sexo sin tabúes. Echándonos pitadas continuamente el uno al otro, riéndonos siempre de nuestras bromas pero eso sí, como ella bien me dijo:

        ” Manu, lo nuestro es amor de verdad, sin folleteos ni na de eso”.
        ¡Esta es mi brujita!

Dedicado a @xispa5  y  @fuenterio

lunes, 6 de mayo de 2013

SÉ QUE ME DESEAS

            Sé que me deseas y que sientes por mí un deseo incontrolable...
            Que cuando me notas cerca, mi presencia te hace temblar, no puedes resistirte. Mi olor te excita, mi voz te llama, mis ojos te enamoran, mi aliento te embriaga, que no aguantas más.
            Sabes que tus ganas de besarme, de sentir mis manos en tu piel, mi calor en tí son imparables y poco a poco anhelarás que te posea.
            Y ahora  escúchame atentamente por que quiero que mis palabras se graben en tus tímpanos y no las puedas olvidar jamás…

           
            Hoy me acercaré a ti, lentamente, sin prisa… te abrazaré fuertemente, te besaré y buscaré tu lengua. Tu saliva será mi saliva y el calor de mis labios te quemará tanto que derretirá tu sexo.
            Mi cuerpo se apretará tanto al tuyo que tus senos comenzarán a vibrar y tus pezones se clavarán en mí  inyectándome tu excitante veneno.
            Mis manos acariciarán tu espalda y buscando en tu piel, mis dedos dibujarán círculos de placer mientras mordiendo levemente tu orejita te susurraré al oído palabras que se incrustarán en tu alma.
            Hoy sentirás como echándome sobre ti, te sujetaré las manos por encima de tu cabeza y abierta e indefensa mis caderas se encajarán en las tuyas, mojarás mi vientre empapándolo de calor y mi miembro totalmente erecto, entrará despacio e imparable…


            Sientes como tus gemidos de placer surcarán el aire buscando los míos, mis empujones constantes y firmes te enloquecerán y responderás acompasadamente rozando vello con vello y al unísono cabalgaremos juntos.
            Que cuando no aguantes más tu excitación, me suplicarás que pare, entonces tiraré de las riendas mientras que entre espasmos de placer, gritarás una y otra vez mi nombre.
            Que cuando vuelva a la marcha incansable y mi ritmo aumente, golpearé con fuerza una y otra vez, buscaré tus ojos y entonces sabrás que llego...
            Sientes que totalmente empapado en ti, llenaré de calor tus entrañas y mientras desgarras con tus uñas mi espalda, desearás que ese momento sea eterno…

                   
            Y ahora piensa...

            Nota los latidos acelerados de mi corazón. siente mi cuerpo en tu cuerpo, mis poros atrapando los tuyos como ventosas cálidas y húmedas.
            Abrázame, acaricia mi pelo, déjame sentir tus delicadas manos en mi nuca. Dame la tranquilidad que tanto necesito y que sólo tú me puedes dar.
            Mii cuerpo es tu escudo, tu protección.
            Haz que me sienta un niño, dame tu ternura.
            Sueña e imagina la absoluta liberación del cuerpo, sin dolor. La mente aliviada y sin carga alguna.
            Y ahora, cierra los ojos e imagina…
Nos vamos juntos a un lugar mágico. A una cala en una isla paradisíaca donde sólo los dos, fundiéndonos con el sol y el sonido de las olas nos dejemos sumergir en un profundo sueño.


viernes, 3 de mayo de 2013

GRACIAS MAMÁ

La abuela siempre me contaba lo mucho que sufriste cuando yo nací.
- ¡Eras un niño enorme al nacer!
 Me decía…

 Me contaba lo valiente que has sido siempre. Como con tan sólo nueve años, cuando el abuelo os dejó por una epidemia de tuberculosis de pulmón de la que tú te salvaste de puro milagro. Los dolores insoportables que tuviste que soportar, pues los medios clínicos de aquella época eran escasos y siendo pobres no teníais dinero para afrontar los gastos médicos...

De cómo con tan solo 11 años te hiciste cargo de las cuentas de una mercería que os sacó poco a poco de la miseria, pues la abuela apenas sabía leer y escribir.
Cómo una débil mujer de extraordinario coraje, sacó a delante a cuatro hijos dándoles por igual amor y protección.
La la paciencia que tenías para que comiera, por que era debilucho y frágil.
Del cariño con que me curabas aquellos granitos de la varicela, que tanto me picaban y tú con tus caricias y cuidados sabías calmar.
El mimo, por que no decirlo, con que nos besabas y nos contabas cuentos.
Recuerdo aquel nefasto día que un niño mayor me abrió la cabeza con una piedra y tú, sacando fuerzas del alma, me levantaste en tu regazo y me llevaste desesperada andando a un hospital sin importante la distancia y aquel militar que, viéndote desesperada, cargó conmigo y te ayudó. Aquellos puntos de sutura entre llantos, te hicieron sufrir más que a mí.
Me acuerdo mamá de cómo cuando en el parque alguien me pegaba, eras capaz de convertir tus delicadas manos en garras de fiera y jamás te acobardabas ante nadie.
Como sin apenas tiempo, me ayudabas con los deberes y siempre estabas a mi lado.
Nunca podré olvidar tus ricas comidas, el aroma de la ropa que planchabas para mí, tus cuidados.
 De cómo aquél día en que hice pellas me soltaste un tremendo bofetón, que te dolió a ti más que a mi. Del daño que te hice cuando ya siendo un adolescente, te enteraste de que gastaba el dinero del bocadillo en tabaco que me fumaba en el recreo.
Cómo olvidar mamá, los malos tiempos, cuando papá se quedó sin trabajo, te pusiste a trabajar tú, cogiendo puntos a las medias durante horas y horas por cuatro perras, haciendo costura, vendiendo cosmética…y que sé yo…
Del dinero que me dabas a escondidas los sábados para que pudiese divertirme y que salían de tus riñones. Que poco valor le supe dar entonces…
De lo que sufriste cuando después de dejar mis estudios decidí ponerme a trabajar. Hubieses dejado de comer para que yo estudiara.
De lo orgullosa que te sentías viéndome de uniforme cuando juraba bandera, y con lágrimas en los ojos, sentías que el niño de tus entrañas se escapaba irreversiblemente de tus brazos.
Después llegó un matrimonio, los nietos  y un divorcio. Y tú, como siempre a mi lado, ayudándome con mis hijas, animándome, haciéndome sentir un buen padre..

Gracias mamá, por tu amor incondicional y por esos azotes en el culete que tanto bien me hicieron.
Por que ahora, ya convertido en un hombre, noto que te me vas, pero aún así, con tu cuerpecillo débil y desgastado por los años, serías capaz de volver a sacar las garras por tu hijo hasta tu último aliento.

La abuela siempre decía que una madre puede cuidar a 10 hijos, pero diez hijos a veces, son incapaces de cuidar a una madre. La abuela apenas sabía escribir,  pero sabía comprender y te enseñó a ser una buena madre.

Gracias mamá.


miércoles, 1 de mayo de 2013

LA CHICA DEL PARQUE

          Era un aburrido sábado de otoño del 81. Recuerdo que aún hacía calor y las hojas secas de los árboles empezaban a cubrir los verdes jardines del Retiro Madrileño. Como todo joven tenía muchos pájaros en la cabeza, pero eran tiempos difíciles y no tenía demasiado tiempo para aburrirme. Trabajaba duro en una academia privada de COU para estudiantes de familias acomodadas. 
            A mi me pagaban 15.000 pesetillas (90 euros) por trabajar de “chico para todo” durante 10 horas de lunes a sábado. Desde las 08.00 de la mañana recogía el correo, ponía cafés, arreglaba desperfectos, cambiaba fluorescentes, hacía recados, y sobre todo hacía copias de apuntes con aquella maldita multicopista manual, que me dejaba el hombro destrozado después de hacer miles de copias sin parar. 
            Aún recuerdo la insufrible hora y media de recorrido entre Móstoles, donde vivía con mis padres y el barrio de Salamanca en donde trabajaba. A las 5.30 de la madrugada en pié para salir andando a la estación y coger el primer tren de las 6.20 h. después un suburbano y después el metro, en un interminable hormiguero de fríos laberintos en que la gente ni tan siquiera se mira, sólo se empuja y se huele…

            Apenas tenía una hora para almorzar, solía llevarme algún sándwich o una fiambrera con la comida que me preparaba mi madre y al terminar salía escopetado a clase, pues siempre me estaba preparando mis oposiciones por las tardes. Hasta que, agotado, regresaba a casa a las 11 de la noche. 
            Pero aquel día era sábado y como cada sábado por la tarde, al salir de trabajar, me gustaba pasear con mi cámara réflex y disfrutar de una de mis pasiones, la fotografía. Hacía largos paseos por Madrid, donde todo me interesaba y a todo le quitaba fotos…
  
          Aquella tarde decidí quedarme por El Retiro, recuerdo que en aquél parque había una especie de templo griego que me llamó mucho la atención y no muy lejos en un banquillo había una chica sola, estaba leyendo un libro y tan sólo el sonido de los pájaros parecía distraerla de vez en cuando. 
            No me lo pensé mucho, y si bien es verdad que de aquella era algo tímido, la chica me gustaba y me senté en el extremo opuesto del banquillo.           
            Yo me hacía el loco manipulando la cámara como si la cosa no fuera conmigo mientras, mi cabeza maquinaba la forma de empezar una conversación con ella. 
            Quizás si hablaba de pájaros le parecería cursi, no sé, no parecía ecologista… y si ¿le hablo de el libro que leía?...mmm no podía ver bien de lo que trataba…tal vez le pueda preguntar la hora… Buf! Que va, demasiado simple… 
            Al final, fue ella quién llevándose unas gafas de finos cristales hacia su pelo, giró su cabeza hacia mí y me dijo:  
            -¿vienes mucho por aquí? 
            ¡Tremendo vuelco me dio el corazón! Menudos ojazos verdes de tigresa hambrienta... Era sencillamente divina, pero antes de describirla sólo deciros que lo más impresionante era su voz, una voz delicada pero de timbre firme y cuyo sonido penetró en mis oídos como un tren en un túnel. 
            Como me temblaban las piernas, intenté contestarle con voz de experimentado macho dominante, pero me traicionaron los nervios y, con voz de grillo le contesté… 
            -Pu, pu, pues síiii, la verdad. Pero nunca te había visto antes. 
            Notablemente más tranquila que yo, me miró a los ojos y sonriendo siguió:
-         Ese acento no es de aquí eh, ¿De dónde eres? ¿asturiano? ¿vasco? Desde luego del norte seguro jaja… 
-         Soy gallego 
Le respondí, ya con voz más tranquila y firme.
A lo cual ella contestó… 
-         En realidad me aburría bastante y buscaba a alguien con quien hablar…
-         Sabes, te he visto llegar desde lejos y me parecías buen chico…

……………………

            Mientras hablaba, yo no podía dejar de mirarla… su pelo rizado de dolor cobrizo, su tez clara y ligeramente adornada con unas pequitas que se agrupaban en el nacimiento de una nariz pequeña y respingona, sus labios que, a medida que hablaban me sugerían continuos devaneos eróticos de besos y placer.           
            Sus piernas perfectamente contorneadas de divinas pantorrillas, suaves gemelos y finos tobillos, acababan surcando peligrosísimas curvas que terminaban en unas caderas algo anchas pero acogedoras y tiernas. Su fina cintura se dejaba adivinar cubierta con una chaqueta de punto rosa y sus abultados y firmes pechos terminaban en unos puntiagudos pezones que apuntaban hacia mí, desafiantes y firmes.           
             Una diadema le sujetaba el flequillo y sus gafitas de leer, le hacían, además, muy interesante… 
             Estuvimos charlando largo rato, que si estudiaba, que si le gustaba la natación que si mi morenito le ponía mucho….bla bla bla… al final decidimos salir a tomar un café a la cafetería del lago…

……………………. 

            Mientras Paseábamos observé que era una chica muy alta, alrededor de 1,75 pues con un tacón no muy largo estaba casi a mi altura. Su forma de andar era asombrosamente femenina y delicadamente sensual, la verdad es que me gustaba mucho, mucho. 
            Al llegar a la cafetería se pidió un cortado y yo otro, el camarero, un guapo morenazo mayor que yo, no le quitaba ojo de encima, y hay que ver como somos los hombres en celo, casi estuve a punto de liarla, y eso que nos acabábamos de conocer…


            Nuestras miradas se cruzaban una y otra vez, ambos disimulábamos continuamente desviando la vista hacia el lago, las barcas, los patos…Hasta que un simpático mimo se acercó vestido de payaso y, con gestos cariñosos, le ofreció una flor, ella sin más la cogió y yo le di unas monedas. 
            Eran tiempos difíciles, momentos en que el trabajo escaseaba y también se hablaba mucho del paro, de lo cara que estaba la vida… pero entre charla y charla nos echábamos alguna pitada…
             .-Bueno, es imposible que una chica tan guapa no tenga novio…Lo tienes? 
            .-Pues no, soy un poco rarita y aguanto lo justo…jajajaja

            Como bien os podéis imaginar,  veía las puertas del cielo abiertas…

…………………………
              
            Me contó que estaba terminando la carrera de medicina a falta de dos asignaturas y yo le conté que había dejado mi carrera en primero de ingeniería naval para ponerme a trabajar, pues mi padre se había quedado repentinamente en el paro…
 De pronto, en aquella amistosa e interesante conversación, surgió una duda. ¿No era raro que aquella hermosísima chica me prestara a mí tanta atención? Por que si bien es verdad que no era un chico feo, no creo que estuviese en absoluto a su altura, ni física y mucho menos intelectualmente.

            Fue entonces cuando refiriéndose al mimo, dijo algo que me hizo cambiar mi actitud hacia ella:

-“No entiendo como hay tanto pedigüeño por la calle”.

            No sé, pero algo rompió la magia…

……………………..

            Poco a poco comencé a descubrir en ella algo más que un cerebro brillante y una bonita sonrisa.
            Empecé a notar la importancia que le daba al dinero y, sobre todo, el concepto de “católica” que tenía de sí misma, sobre todo después de haber hablado un ratito de nuestras preferencias sexuales… no sé, la empecé a ver como una “Barbie pija finge orgasmos”… o algo así… 
            Tanto me empezó a rallar hablándome de sus padres , de su duplex en la calle O´donnell  y de su chalet en Guadarrama que, sinceramente, me aburría. Yo intenté sacar temas como viajes, aficiones, algún libro interesante...
¡Ni tan siquiera tuvo la delicadeza de preguntar si me gustaba la fotografía!, eso me llamó mucho la atención… 
            Al rato, pagué los cafés y seguimos paseando. En las cercanías de una de las salidas del parque, ella me dejó su teléfono y yo el mío y nos despedimos con dos besos en las mejillas. En mitad del camino y siguiendo direcciones opuestas, ambos volvimos la vista para mirarnos a los ojos y sonreír, nos dijimos adiós con la mano y, sin duda nos dimos cuenta que jamás nos llamaríamos el uno al otro.

            Desde ese sábado, me di cuenta que como todo joven  de los ochenta, si querías ligar, habría que ir a la discoteca. Tampoco tenía intención ni eran horas de ligar… Pero honestamente he de decir que era una preciosidad de niña pija que nunca olvidaré, además, todavía tengo su número y nunca se sabe cuando uno puede necesitar un médico…

Dedicado a Irene, la chica del parque.