Aquel ajustado vestido corto que dejaba adivinar tu despampanante figura. Tus caderas sinuosas y desafiantes, tus pequeños pechos que firmes y delicadamente torneados se centraban en la esbeltez de tu porte. La ternura de tus ojos, tu tez morena, tu perfil atrevidamente sensual...
Era tu simpatía, tu dulzura y esos continuos besos en la distancia que desde tus labios carnosos, calientes y sonrojados me volvían loco de deseo, provocando que aquella noche de año viejo te soñara a mi lado…
Estabas sentada sobre el sofá llorando. Habías roto definitivamente con tu pareja en plena fiesta de fin de año y eso frustraba tu sensibilidad de mujer. La inocencia de poseer esa deslumbrante belleza con la que deseabas ser la más bonita del baile, como todas las princesas en una noche de serpentinas y estrellas…
Me senté junto a ti y mientras acariciaba tu pelo lentamente, apoyaste delicadamente la cabeza sobre mi hombro. No parabas de llorar y yo, con mi dedo pulgar sequé tus lágrimas…notaba tu cara muy caliente a través de mi camisa y eso me excitaba…
Tus preciosos labios, carnosos, cálidos y húmedos me incitaron irremediablemente a acercar mi boca a la tuya…te di un pequeño beso en la comisura de tus labios y sin abrir la boca dejaste que mis labios jugaran con los tuyos con pequeños roces y carantoñas y permitiste que la punta de mi lengua se abriera camino a tu interior…
Mis manos bajaron lentamente buscando tus brazos, rozando tus senos y marcando con sinuosos giros las curvas de tu cintura mientras ese beso, ya profundo y cómplice, nos quemaba a los dos… Ahora ya eran tus finas y delicadas manos las que exploraban mi cuerpo, acariciando mi espalda, mis hombros mi pelo… y me volvían loco…
Poco a poco, mientras no dejabas de acariciar mi pelo, te dejaste caer sobre el sofá nos fundimos en un beso apasionado. Tu saliva sabía a miel y mi lengua la succionaba mientras la tuya acompasadamente me dejaba hacer…
Busqué entre tu blusa tus senos duritos y calientes… te estremecías ante mis caricias y sorprendentemente bajaste tu mano hasta tocar mi polla que estaba a punto de reventar por la excitación…
Te quité la blusa y el sujetador y comencé a besar tus pezones, a chuparlos, a morderlos suavemente...
Muy nerviosa y agitada, me desabrochaste el pantalón…sacaste mi miembro y lo agarraste con fuerza…lo llevaste hacia tu pubis rozándote a través de tu braga, totalmente encharcada y cálida…
Te quité la blusa y el sujetador y comencé a besar tus pezones, a chuparlos, a morderlos suavemente...
Muy nerviosa y agitada, me desabrochaste el pantalón…sacaste mi miembro y lo agarraste con fuerza…lo llevaste hacia tu pubis rozándote a través de tu braga, totalmente encharcada y cálida…
No te llegué a quitar la falda…te la levanté de golpe. Debajo llevabas una finísima tanga negra y me limité a separarla hacia un lado…no quería perder el tiempo, pues te quería penetrar ya!
Me metí en ti lentamente y tu suavidad me llevó en un instante hasta lo más profundo de tus entrañas…nunca sentí placer más grande que en ese preciso momento en que descubrí lo más íntimo de tu ser…
Los dos comenzamos a movernos compulsivamente, sin ritmo ni compás alguno ya que era tan intenso el placer, que no podíamos controlar nuestro propio cuerpo.
Yo no dejaba de besar tus labios y tus ojitos brillaban y brillaban… Ya no era por las lágrimas si no por ese brillo que sólo da la felicidad.Te supliqué entonces que no cerraras ni un instante los ojos para verme reflejado en ellos y así poder comprobar que ese momento era real...No dejé de mirarlos ni un solo instante.
Yo no dejaba de besar tus labios y tus ojitos brillaban y brillaban… Ya no era por las lágrimas si no por ese brillo que sólo da la felicidad.Te supliqué entonces que no cerraras ni un instante los ojos para verme reflejado en ellos y así poder comprobar que ese momento era real...No dejé de mirarlos ni un solo instante.
Estabas tan excitada, que dándome un empujón, me apartaste y te pusiste encima…la braga me molestaba y la arranqué hacia un lado, eso te hizo estremecer…
No tardaste en correrte y tus espasmos fueron salvajes…
Guardabas silencio y eso me irritaba…quería escuchar tus gritos pero te echaste sobre mi, me abrazaste con ternura a la par que susurrabas repetidamente mi nombre mientras tu cuerpo aún temblaba…
Paré de moverme pero no dejé de abrazarte mientras te decía al oído lo mucho que te amaba… te besaba el cuello, tus orejitas…te acaricié hasta que te calmaste, tu corazón dejó de palpitar con fuerza y tu respiración se normalizó.
Entonces giré abrazado a ti, pagadito a tu espalda, de ladito, mientras tenía tus tetitas en mis manos, te volví a penetrar y seguimos haciendo el amor…
Te agitabas con fuerza empujando tu culito, dándome un placer increíble y me corrí entre espasmos interminables… giraste la cabeza buscando mis ojos, nos miramos, nos besamos y al unísono nos dijimos “te amo”.
Me quedé rendido abrazado a tu espalda, sintiendo tu calor, tu sudor, tu culito pegado a mí.
Nos quedamos dormidos en un profundo sueño… sueño del que sobresaltado volví a despertar sin ti.
SOÑE TUS LABIOS
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